Las autoridades sanitarias han dado un paso determinante en la lucha contra el tabaquismo juvenil al prohibir la venta de vapeadores con sabores frutales en todo el país. Esta decisión se produce tras meses de debates entre expertos en salud, asociaciones de padres y representantes de la industria del vapeo, quienes sostenían posturas encontradas respecto al impacto de estos productos en la población más joven.
El principal argumento esgrimido por el Ministerio de Sanidad es que los vapeadores aromatizados suponen una puerta de entrada al consumo de nicotina en adolescentes. Un informe reciente de la Sociedad Española de Neumología revela que los sabores llamativos, como los frutales o dulces, resultan especialmente atractivos para los menores, aumentando las probabilidades de comenzar a vapear a una edad temprana.
Las estadísticas presentadas en la última Encuesta Estatal sobre el Uso de Drogas indican que un 18% de los adolescentes entre 14 y 18 años ha probado alguna vez un cigarrillo electrónico, siendo los productos de sabores favoritos entre este grupo. Esta tendencia ha alertado a las autoridades, que temen un resurgimiento del tabaquismo en generaciones jóvenes bajo nuevas formas.
Expertos en salud pública celebran la medida. Según explica el doctor Javier Álvarez, neumólogo del Hospital Clínico San Carlos, 'la adición de aromas e ingredientes artificiales en los vapeadores disminuye la percepción de riesgo entre los jóvenes, promoviendo la experimentación y, posteriormente, el consumo regular'. Álvarez considera que restringir el acceso es fundamental para proteger la salud pública.
Las asociaciones de padres y madres han aplaudido la decisión gubernamental, señalando la preocupación creciente sobre la publicidad dirigida a adolescentes. La presidenta de la confederación nacional de APA, Ana Beltrán, señala que "la imagen colorida y los aromas a frutas de los vapeadores confundían a los menores, haciendo que pasaran desapercibidos como productos nocivos". Piden mayores controles sobre la comercialización y la vigilancia en los puntos de venta.
Por su parte, la industria del vapeo asegura que la medida podría tener consecuencias negativas para los adultos que utilizan el cigarrillo electrónico como herramienta de reducción de daños frente al tabaco convencional. La Asociación Española del Vapeo ha manifestado en un comunicado que "la restricción de sabores reduciría las opciones para miles de fumadores adultos que buscan alternativas menos perjudiciales".
En respuesta a estas críticas, el Ministerio de Sanidad ha matizado que la nueva normativa no afecta a los vapeadores de sabores neutros ni a los adultos que ya son usuarios de estos dispositivos. Sin embargo, se enfatiza que el objetivo prioritario es impedir el acceso y la atracción que estos productos ejercen sobre los menores de edad, grupo especialmente vulnerable ante el inicio de hábitos nocivos.
La ley, que entrará en vigor en las próximas semanas, también contempla un endurecimiento de las penas para quienes vendan estos productos a menores, incluyendo fuertes sanciones económicas y la posible revocación de licencias comerciales. Se intensificarán los controles en establecimientos y se vigilará especialmente la venta online, uno de los canales donde más proliferan estos productos.
Uno de los aspectos más discutidos ha sido la vigilancia tecnológica. El gobierno ha acordado con las plataformas de comercio electrónico y las redes sociales reforzar filtros de edad y el retiro inmediato de anuncios que promocionen vapeadores aromatizados. Esta colaboración pretende cerrar la brecha que sufrían las autoridades a la hora de controlar la oferta digital y la publicidad encubierta dirigida a jóvenes.
Organizaciones juveniles han mostrado apoyo, asegurando que "es necesario frenar la normalización de estos productos entre la juventud", según palabras de Carla Muñoz, portavoz de la Federación de Estudiantes. Reclaman, además, campañas educativas en institutos sobre los riesgos asociados a los cigarrillos electrónicos y la inclusión de estos temas en los programas de salud escolar.
Expertos señalan la importancia de acompañar la medida con campañas informativas, ya que muchos adolescentes aún creen que vapear es inocuo. El doctor Emilio García, catedrático en Medicina Preventiva, recalca que "si bien el vapeo puede parecer menos dañino que fumar, existen riesgos significativos, especialmente en cerebros en desarrollo. La industria es muy hábil en vender lo contrario".
El debate en torno al vapeo y la juventud no está exento de controversia. Mientras algunos colectivos piden ir más allá y prohibir todos los productos electrónicos de nicotina, otros exigen equilibrio entre la protección del menor y las libertades del adulto. La nueva norma pretende encontrar ese difícil punto medio, priorizando la salud pública ante la alarmante tendencia de iniciación temprana observada en los últimos años.

